Washington, EE. UU.(19/1/2025). – Este lunes 20 de enero, Donald J. Trump jurará como presidente de los Estados Unidos por segunda vez, marcando el inicio de su mandato como el 47º presidente del país. Con un historial de negacionismo climático y un fuerte respaldo a los combustibles fósiles, Trump llega a la Casa Blanca en un contexto de crisis ambiental, exacerbada por fenómenos meteorológicos extremos.
En las elecciones de 2024, eventos como inundaciones masivas y olas de calor, atribuidos al cambio climático, jugaron un papel central en el debate público. Además, incendios catastróficos continúan devastando el sur de California, evidenciando la necesidad de acciones urgentes frente a un planeta que se calienta peligrosamente.
Impacto ambiental y las promesas de un mandato polémico
Las políticas de Trump podrían añadir hasta 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, una cifra comparable a las emisiones anuales combinadas de la Unión Europea y Japón. Este giro contrasta con los avances logrados durante la administración Biden, que implementó medidas históricas para promover las energías renovables y reducir las emisiones.
Entre los logros recientes que podrían verse en riesgo están:
Energías renovables en auge: En 2024, la energía solar y eólica superaron al carbón como fuentes de energía en EE. UU.
Ley de Reducción de la Inflación (IRA): Con $74.000 millones destinados a proyectos climáticos, ha impulsado industrias de baterías, energía limpia y vehículos eléctricos, generando más de 400.000 nuevos empleos desde 2022.
La derogación de las disposiciones climáticas de la IRA y la IIJA supondría un coste para las empresas y los contribuyentes estadounidenses, costaría puestos de trabajo y aumentaría la contaminación.
● Las políticas climáticas de Biden establecieron muchos flujos diferentes de financiación para el clima, la mayoría de los cuales ya han sido asignados. Pero unos 20.000 millones de dólares en subvenciones siguen expuestos a cancelaciones. La EPA informa de que ha gastado el 93% de los fondos de subvención disponibles en una miríada de proyectos sobre el clima y la justicia climática.
● El Laboratorio de Política Industrial Net Zero de la Universidad Johns Hopkins piensa que la retirada de EE.UU. de las energías limpias podría dar hasta 80.000 millones de dólares en nuevas oportunidades de cadena de suministro a países de fuera de EE.UU., al tiempo que costaría a las empresas estadounidenses hasta 50.000 millones de dólares en ingresos perdidos por exportaciones.
● Según Climate Power, desde 2022, Estados Unidos ha creado 406.007 nuevos puestos de trabajo en energías limpias con inversiones de 422.000 millones de dólares en 751 nuevos proyectos de energías limpias.
Recordemos que Trump ha prometido desmantelar parte de la Ley de Reducción de la Inflación y otras iniciativas climáticas, un movimiento que podría frenar el progreso hacia una economía más sostenible. Sin embargo, expertos advierten que estos retrocesos enfrentarán oposición tanto en el Congreso como en los tribunales.
Los fondos climáticos restantes, estimados en $20.000 millones, podrían ser retenidos, mientras que modificaciones a los requisitos para créditos fiscales y subvenciones impactarían a empresas y comunidades beneficiadas.
Según Climate Power, un retroceso en estas políticas significaría:
- Pérdidas de hasta $50.000 millones en exportaciones.
- Oportunidades de cadena de suministro trasladadas a otros países, estimadas en $80.000 millones.
Otra prioridad de Trump es revertir las restricciones impuestas por Biden sobre la perforación en alta mar y áreas protegidas, incluyendo más de 625 millones de acres de océano. A pesar de sus planes, los mercados globales muestran una demanda decreciente de petróleo, con analistas señalando que el crecimiento en energías renovables y vehículos eléctricos está transformando el panorama energético.
Incluso las compañías petroleras han reducido su interés en nuevas perforaciones, como lo demostró la reciente falta de compradores en una subasta de arrendamientos en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Alaska.
Resistencia y perspectivas futuras
A pesar del cambio en la administración, ciudades, estados y empresas en EE. UU. han reiterado su compromiso con los objetivos climáticos. Un análisis reciente sugiere que estas acciones podrían reducir las emisiones en un 48% para 2035, incluso sin apoyo federal.
Mientras Trump busca implementar políticas que priorizan los combustibles fósiles, el sector privado y los gobiernos locales parecen decididos a mantener el impulso hacia un futuro más sostenible, enfrentándose al desafío de un gobierno central alineado con intereses tradicionales.